miércoles, 24 de diciembre de 2014
martes, 18 de noviembre de 2014
Ajuares funerarios celtibéricos
Ajuares funerarios celtibéricos en tumbas de la necrópolis de Aguilar de Anguita (Guadalajara, Castilla-La Mancha, España)
Celtiberian grave goods from the necropolis at Aguilar de Anguita, Guadalajara, Castilla-La Mancha, Spain
"El ritual funerario que prefirieron los pueblos célticos fue la cremación. Los restos cremados del difunto se introducían en una vasija utilizada como urna funeraria que se enterraba en un hoyo junto con el ajuar funerario. Todo ello se cubría con un túmulo o se rodeaba de lajas y se señalizaba con una estela. Si el difunto era militar, le enterraban con sus armas, tras quemarlas con él e inutilizarlas ritualmente. Hay ajuares que sólo pudieron pertenecer a un régulo por la cantidad y calidad de los elementos del ajuar funerario.Tal es el caso de este ajuar compuesto por armas, ofensivas y defensivas, y dos bocados de caballo: uno de doma y otro de monta, además de otros objetos de indumentaria en bronce, tales como un significativo pectoral de discos, un casco, un broche de cinturón y una fíbula. (...)": Arqueología de la muerte: Protohistoria. Pueblos Célticos: La necrópolis, espejo de la sociedad. Pectoral de Aguilar de Anguita, Museo Arqueológico Nacional, España
sábado, 15 de noviembre de 2014
Cascos del bronce pre celta
Cascos proto-celticos de bronce hispano de las necrópolis de Alpanseque y Almaluez (Soria, Castilla y León) (España)
"(...). Estos de Alpanseque llevan delgadas láminas de hierro como elemento decorativo y de refuerzo, tanto en el interior como en el exterior, lo que los sitúa cronológicamente en un momento algo más avanzado que los realizados sólo en bronce.
Dado el estado en que se encuentran, no es posible determinar la situación de todas las perforaciones, pero nos hemos planteado que si algunas estuviesen perfectamente enfrentadas podrían tener la función de sujetar un cordón o cinta estrecha para atarlo bajo la barbilla, o un trozo de cuero del que partiesen; propuesta que realizamos a partir de representaciones iconográficas como la observada en los cascos semiesféricos de los jinetes grabados sobre la vaina de una espada de tipo La Tène I, procedente de la sepultura 994, de la necrópolis de Hallstatt, Austria (Megaw 1989: 81) que llevan un fino borboquejo.(...)": "Cascos hallados en necrópolis celtibéricas conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid", Magdalena Barril Vicente, Museo Arqueológico Nacional:
viernes, 14 de noviembre de 2014
jueves, 13 de noviembre de 2014
domingo, 6 de abril de 2014
Armas y guerra entre los celtiberos. Segun Diodoro de Sicilia
Los celtiberos suministran para
la lucha no sólo excelentes jinetes, sino también infantes que destacan por su
valor y capacidad de sufrimiento. Están vestidos con ásperas capas negras, cuya
lana recuerda al fieltro; en cuanto a armas, algunos de ellos llevan escudos
ligeros similares a los de los galos, y otros grandes escudos redondos del
tamaño del aspis griego. En sus piernas y espinillas trenzan bandas de pelo y
cubren sus cabezas con cascos broncíneos adornados con rojas cimeras. Llevan también espadas
de doble filo, forjadas con excelente acero, y puñales de una cuarta de largo
para el combate cuerpo a cuerpo. Emplean una técnica peculiar en la fabricación
de sus armas. Entierran piezas de hierro y las dejan oxidar durante algún tiempo, aprovechando solo el núcleo, de forma
que obtienen, mediante una nueva forja, espadas magnificas y otras armas.
Son muy hábiles en la lucha de
dos modos diferentes. Primero atacan a caballo y, en el caso de ser rechazados,
desmontan y atacan de nuevo como soldados de infantería… Según sus normas
habituales son extremadamente crueles con los criminales y los enemigos aunque
con los forasteros son compasivos y honrados.
En cuanto a su alimentación, se
sirven de toda clase de carnes que abundan entre ellos, y como bebida poseen
una combinación de vino y miel
(Diodoro de Sicilia, 5, 33, 2, y ss)
Dioses del agua en la Hispania Celta
TAMEOBRIGVS – Dios
de las aguas relacionado con el rio Duero y el Tamega, donde se han encontrado
las referencias.
Al estar constatada la raíz del teómino en el nombre del río
Tamega, además de en numerosos hidróminos, se le ha considerado
tradicionalmente una deidad acuática. La existencia del pueblo de los Tamagani
ha generado sin embargo la idea de que fuera un dios protector de una tribu.
Opinión mantenida por Almeida. Bajo la opinión de Bermejo Barrera en su
–mitología y mitos de la Hispania pre romana – considera que ambas opciones
pueden ser viables y no contradictorias. Es decir, puede que Tameobrigvs fuera
una deidad relacionada con la protección de los Tamagani, al tiempo que una
deidad o espíritu de las aguas relacionadas con el rio Tamega.
DVRIVS – Según
argumenta Tovar se trata de un epígrafe votivo al rio Duero divinizado. Por
tanto puede que para las gentes próximas al rio Duero, este estuviera gobernado
por una divinidad acuática que respondía al nombre de Dvrivs.
EDOVIVS – Algunos
autores (A. Tranoy entre ellos) basan el carácter acuático de este dios en un
argumento de ubicuidad, ya que se halló en las proximidades de unas termas
romanas. Isidoro Millan, sin embargo, desarrolla el teómino de dos formas: “
ad-dau-ios”: el dios que caldea las aguas,
bien “aidhov-ios: el incendiador. Puede por tanto que estemos ante una
deidad relacionada con las aguas termales o las saunas iniciáticas para los
guerreros.
DVRVEDICVS – Procedente
de Ronfe, Guimaraes (Portugal). Su carácter acuático le es atribuido en función
de la etimología.
sábado, 5 de abril de 2014
El simbolismo del dios Ares entre los pueblos de la Hispania celta
La figura primitiva de este Dios, que se conservará hasta el
final de la antigüedad y la de todos sus hijos, hijas y pueblos a él asociados,
ya sean el de los hombres de la raza de bronce o el de las amazonas, será la
encarnación del guerrero en su forma más pura. Es decir que representará a la
figura de un guerrero solitario, salvaje, cruel, y desmedido, al que su propia
violencia excluye del contacto con el resto de los hombres y cuya vida se
centra única y exclusivamente e la práctica de la guerra (..). Esa imagen
contrastara con la de Atenea que representa un nivel de pensamiento más
evolucionado; sus acciones tienen un fin: la protección de un príncipe o de un
pueblo. Es decir, que la diosa representa a la guerra “civilizada”, a la guerra
política al servicio de la ciudad, nación, patria, pueblo. (..)
Es imposible, se segimos la hipótesis de F. Vian, que el
culto de Ares fuese el patrimonio de las cofradías de guerreros de origen
indoeuropeo que sobrevivirían en Grecia a nivel divino (los gigantes), o
heroico (los espartoi tebanos).
Es costumbre bárbara en general, y de la raza gala en
particular, la práctica de la guerra apasionada y colérica. Los guerreros
bárbaros actúan movidos por una enorme violencia y por ello, como indica
Estrabon, para los galos, es muy fácil derrotarlos en el combate, pues como
atacan en bloque, de forma anarquica y sin mirar ni a derecha ni izquierda son
fáciles de vencer por parte de quienes sepan utilizar la maniobra militar bajo
disciplina.
Algo similar ocurre con os guerreros celtiberos*, que son hábiles en las
emboscadas y las exploraciones, a la vez que ágiles, ligeros y capaces de salir
de los peligros. Pueden ser fácilmente derrotados en campo abierto y en combate
regular, pero resulta muy difíciles de controlar cuando combaten en guerrilla y
en terreno montañoso.
(..) Esos guerreros, bien sean galos, celtas de la Hispania
interior o barbaros de la Germania. Combatan con armaduras, a pie o a caballo,
siempre lo harán desordenadamente, porque son como los guerreros de Ares:
violentos, apasionados del combate, irracionales, irascibles, e ignorantes de
la disciplina y el orden para los combates.
J.C. Bermejo Barren – Mitología y mitos de la Hispania
prerromana.
Vemos como según Bermejo Barren, se podría clasificar desde un punto de vista
simbólico al guerrero antiguo en dos claros grupos. Uno el de los guerreros
primitivos, comunes seguramente a todos los pueblos indoeuropeos y
representados por Ares: Anárquicos en el combate, salvajes, sin disciplina,
irascibles, irracionales, fruto de su primitivismo y poca civilización. Y un
segundo grupo más “evolucionado” representado por la nueva modalidad de combate
en falanges y formaciones guerreras. Donde los soldados ya no encuentran en la
guerra un acto fruto de una simple expresión de la violencia, sino algo más
“civilizado” unido a la política, los reyes, las patrias y los
territorios.
Cuando los escritores griegos describen o comparan a las
deidades de la guerra nativas de la Hispania celta con su dios Ares, y no con
Atenea, están resaltando esa característica primitiva pura de los primeros
indoeuropeos, que aun reside en los dioses de la guerra de las diferentes
tribus de Hispania, y de buena parte de la Europa bárbara durante la edad del
hierro.
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